El electrocardiograma es un estudio no invasivo que registra la actividad eléctrica del corazón y permite identificar diversas condiciones patológicas. Cuando el resultado es anormal, puede ser indicio de un trastorno cardiovascular subyacente que requiere atención médica. Interpretar correctamente estas alteraciones es fundamental para el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado de múltiples enfermedades del corazón.
Alteraciones del ritmo cardíaco
Uno de los hallazgos más frecuentes en un electrocardiograma anormal es la presencia de arritmias. Estas pueden incluir taquicardias (ritmos acelerados), bradicardias (ritmos lentos) o ritmos irregulares como la fibrilación auricular. Las arritmias pueden ser benignas o representar un riesgo importante, especialmente si se acompañan de síntomas como síncope, mareo o palpitaciones persistentes.
El estudio también puede detectar extrasístoles, que son latidos adicionales que interrumpen el ritmo normal. Aunque algunas son inofensivas, otras pueden ser manifestaciones de cardiopatías estructurales.
Evidencia de infarto agudo o previo
Un electrocardiograma anormal puede evidenciar signos de isquemia miocárdica o de infarto del corazón, tanto en fase aguda como en etapas posteriores. En el caso de un infarto agudo, se pueden observar elevaciones del segmento ST, ondas Q patológicas o inversión de la onda T. Estos hallazgos requieren atención médica inmediata, ya que indican obstrucción en una o más arterias coronarias.
Por otro lado, las secuelas de un infarto previo pueden observarse mediante la presencia de cambios persistentes en las ondas del trazado, lo que ayuda al médico a evaluar el daño miocárdico y a planificar el seguimiento del paciente.
Trastornos en la conducción eléctrica
Los bloqueos de conducción también pueden detectarse mediante un electrocardiograma. Estos incluyen el bloqueo auriculoventricular (AV) de primer, segundo o tercer grado, así como bloqueos de rama derecha o izquierda. Estas alteraciones indican que los impulsos eléctricos no se transmiten adecuadamente a través del sistema de conducción cardíaco, lo cual puede generar ritmos lentos o disfunción del bombeo cardiaco.
En algunos casos, estos bloqueos pueden ser transitorios y no requerir tratamiento. Sin embargo, en situaciones más graves pueden requerirse dispositivos como marcapasos para restablecer la función normal del corazón.
Hipertrofias y alteraciones estructurales
El electrocardiograma anormal también puede revelar signos de hipertrofia ventricular, un engrosamiento de las paredes del corazón asociado a enfermedades como la hipertensión arterial o ciertas cardiopatías congénitas. Asimismo, puede evidenciar dilataciones auriculares o ventriculares, lo que sugiere una sobrecarga de presión o volumen en las cámaras cardíacas.
Estos cambios estructurales requieren estudios complementarios, como ecocardiograma, para confirmar el diagnóstico y valorar el impacto funcional sobre el corazón.
Un electrocardiograma con alteraciones debe interpretarse en el contexto clínico del paciente. Si presentas síntomas cardiovasculares o tienes factores de riesgo, acude con tu médico y realiza el estudio en un laboratorio confiable. Detectar anomalías a tiempo es clave para cuidar tu salud cardíaca y prevenir complicaciones mayores.